La ISO (también conocida como ASA) define la sensibilidad a la luz que tendrá el elemento fotosensible. Cuanto más elevado es su valor, más sensible será a la luz el sensor y podremos tomar fotos en ambientes con menos luz sin necesidad de usar un trípode, aperturas de diafragma muy grandes o incluso flash ya que en muchas ocasiones esto no va a ser posible. Por ejemplo, en muchos museos o monumentos no está permitido el uso de trípodes y todavía menos el del flash de la cámara.

En las cámaras digitales actuales el número ISO suele estar entre 50 o 100 (menos sensible) hasta los 102400 (más sensible) o incluso más en algunas cámaras digitales más modernas y de gama alta.

Llegados a este punto podremos hacernos la siguiente pregunta ¿para qué necesitamos un trípode o un flash si aumentando la ISO podemos hacer fotos con menos luz? Bien, como dice el refrán "no es oro todo lo que reluce" y aumentar la ISO no siempre será una buena idea especialmente si nuestra cámara digital ya tiene unos años o no es de gama alta ya que un aumento de la ISO produce, principalmente, un efecto conocido como ruido o grano (los más viejos del lugar lo recordarán de los tiempos de la película fotográfica).

Veamos a continuación cómo afecta el ruido a una fotografía:

Como se menciona anteriormente, aumentar la ISO puede tener ciertas desventajas como por ejemplo la aparición ruido cromático que se apreciará en forma de pequeñas manchas de colores rojo, verde y azul especialmente en las zonas de sombra que, en el mejor de los casos, se podrá corregir después por software. La mayoría de cámaras digitales con un mínimo de calidad no deberían tener ningún problema de ruido hasta valores de ISO de 1600.

Por otro lado, en condiciones de poca luz puede ser muy útil elevar el valor de la ISO para poder hacer fotos que con un valor más bajo sería imposible. Por tanto, deberemos elegir entre los pros y los contras en el momento de decidir qué valor de ISO es el correcto aunque en la mayoría de las cámaras este valor se ajusta automáticamente para que ni siquiera tengamos que pensar en ajustarlo.

De momento ya hemos visto tres elementos clave que afectan en la forma de tomar una foto: la apertura, la velocidad y la ISO. En la siguiente entrada veremos qué hacer con estos tres elementos para tomar la foto que queremos.